La limpieza periódica de las persianas impide la acumulación de polvo entre las rendijas, lo cual es complicado de sacar. Esto se evitará pasando un plumero todas las semanas. Si las persianas están salpicadas, limpia con un paño mojado en agua con detergente y secar. Si la suciedad se ha incrustado, agrega al agua unas gotas de amoníaco y frota con cepillo. Para limpiar las persianas con celosías graduables, moja un guante de tela en agua con detergente y pasa por cada una de las láminas de la persiana. Cambia el agua cuando sea necesario.
Limpieza y desinfección en guarderías
En entornos donde los niños pasan gran parte de su día, como guarderías y escuelas, la higiene no es solo una cuestión de buena imagen, sino una...